lunes, 11 de febrero de 2008

Una hora para disfrutar

Modorra propia de la sobremesa.


Ventana entre-abierta que deja pasar el vientito fresco y algo de sol (ultimamente esta nublado)


frazada al hombro (como algo parecido al abrazo....)


pies descalzos que se deslizan despacito buscandose.


El hermoso abismo que te hace cerrar los ojos y caer en el sueño profundo de la siesta.

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